martes, 5 de abril de 2011


LOS ESPÍRITUS DEL TEMPLO
(Por Joackim nilsson)




REAL MADRID 0 – REAL SPORTING DE GIJÓN 1


Ganó el Sporting en el Santiago Bernabeu. Seguramente no han leído ni escuchado este titular desde el pasado sábado a las 19:55 horas. Y sin embargo fue lo que pasó. En esta Liga bipolar que nos ha procurado la prensa y las Televisiones, el titular es otro; Perdió el Madrid en el Santiago Bernabeu. ¡Que cosas!

Es la nota triste de la reflexión del que sabe que están matando un deporte. Sin embargo hay nota alegre, y es la referida al excepcional planteamiento de Manuel Preciado y Josep Alcácer en campo madridista. Con un trabajo encomiable de los artistas rojiblancos, el sábado mutados en legionarios, que consiguieron desactivar un ramplón equipo madridista, que no justificó el porqu
é tiene bula para cobrar más que los demás.

El partido no duró ni siquiera un minuto, apenas veinte segundos. Los que tardó en suceder el feliz acontecimiento. Antes de eso nada reseñable. Con un Colinas transformado en una suerte de Ablanedo en Colonia, una defensa ordenada, y un centro del campo trabajador, fue más que suficiente para anular por completo al Madrid. Un partido de cero a cero si fuese un Albacete-Badajoz, pero que por la entidad del rival no dejó lugar a la tranquilidad en ningún momento.

Pero tuvo que venir el que dicen es el mejor entrenador del mundo a romper la igualdad y situar tres centrales en el campo. Justo lo que me gusta debió pensar Preciado. Y ahí nació la épica. No sin antes conceder lo que los espíritus califican de anécdota. El caso es que el cambio de Barral por Sangoy supuso la capitanía de Hernández, que con el brazalete en su brazo derecho adoptó aún más parecido con Victor Hugo Doria. Sólo se les distingue cuando hablan. Menudo homenaje.

Casi al instante se rompió el partido. Simplemente hacía falta inteligencia, y ahí el Sporting tiene jugadores que van sobrados para leer determinadas situaciones en un campo de fútbol. Con la nueva disposición Cases y de las Cuevas, los más listos de la clase, se guiñaron el ojo, miraron desconfiados y pronunciaron al unísono la clave del encuentro. Eso sí, en bajito, como los niños malos, y para que nadie se entere. Dicen que el “¡si no hay lateral!”, sólo lo escucho Novo, un tipo callado y discreto, que sabían que no diría nada, para no chafar la sorpresa.

El escenario estaba preparado, los artistas convencidos, y el público expectante. Y todo se desarrollo en un suspiro. Lo justo para que Valdés enviara un balón en banda a de las Cuevas, éste cediera en profundidad a Cases, que, disfrazado de Ciriaco Cano, jugara al primer toque para devolver la pared al alicantino, que a su vez, tomara por un segundo la personalidad de zar ruso, eliminase el 2 de su camiseta para cambiarlo por un 1, adoptara la pausa de Igor Lediakhov, aprovechara el movimiento de Sangoy mutado en Juanele, y ajustara el balón al palo que nadie pensaba.

La sorpresa fue tan grande en el terreno de juego, que incluso de las Cuevas tuvo tiempo de quitarse el disfraz de Lediakhov, y vestirse con el que celebraba los goles Joaquín Alonso, vamos, como el que dice, misión cumplida. Sin más. A ello contribuyó la penosa realización televisiva, que seguramente influida por el ejercicio figurinista que se había vivido, centró sus imágenes en Rivera agradeciendo al cielo, en lugar de mostrar la piña rojiblanca y el éxtasis de júbilo de la mareona. Cero uno y cuarto de hora por delante. A ver que inventan los banquillos.

Y la invención fue de las que hacen época. Sólo al alcance de los más grandes. Sólo para los ojos de los más doctos. No pueden imaginárselo. El dispositivo técnico táctico de Jose Mourinho fue de la siguiente manera. Ruego no pierdan palabra ni ripio. Todo sea que seamos capaces de entenderlo. ¿Como expresarlo?. Podría ser “el que más la aviente que la bombie”, o un más entendible “al montonín”, incluso un lacónico “al gurullu”, o quizás un más prosaico “patapum pa arriba”. Definitivamente, el Madrid quiso no perder la liga con la táctica con la que la Real la ganó por 2 veces en Atocha. Incluso Adebayor parecía Satrústegui sin bigote, y Ramos, Gajate. Una táctica que firmaría el gran Maxi Rodríguez cuando entrenaba a los juveniles del Figaredo en “Carne de Gallina”. Solo que éste no es special one.

Final del partido y tres puntos de oro para seguir hacia el objetivo de los que mendigamos un puesto en Primera. La Liga de las Estrellas tomó sentido el sábado. O me van a decir que de las Cuevas y Cases no son estrellas del fútbol, viendo “jugar” a Lass Diarra.

1 comentario:

  1. Suecu, este es quizás el mejor post que he leído sobre lo del sábado, y he leído muchísimos.

    Enhorabuena!

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