Veintiuno de diciembre, seis de la tarde, víspera del gordo aunque a alguno ya le tocó hoy. Nos encontramos enfrente del Hotel Jovellanos entre veinte y treinta personas, todos en actitud pacífica, esperando fuera prudentemente y comentando la jugada, compartiendo caras largas y preocupación por el futuro de nuestro amado club. Pasan los minutos sin novedad alguna hasta que se acercan un par de fotógrafos y uno nos dice que si podemos posar todos juntos para la foto, a lo que le contestamos que no queremos fotos. El fotógrafo se retira unos metros y nos hace la foto, nosotros nos limitamos (algunos) a darle la espalda y ya está, pero nadie se fue, al contrario de lo que comenta inciertamente algún maestro del buen comer y del mejor beber, que cobra su salario por juntas las letras de la forma que le indican en parajes más soleados.
A los cinco minutos de estar allí viene un coche de la policía nacional, supongo que llamado por la seguridad del club (se supone que por el amigo Falo, que andaba por allí), y a los pocos minutos vino otro coche policial más, lo que nos dejó bastante perplejos ya que no habíamos dicho ni esta boca es mía. No deja de ser pardójico, e incluso poético ver a la policía protegiendo a los presuntos destructores del club de los que realmente le aman.
Al poco tiempo, uno de los que estaba esperando dijo - ¡Hostia, si se ve la junta desde aquí! y efectivamente, si se bajaba por el lateral izquierdo del hotel se veía la sala de juntas, con lo cual nos acercamos unos siete u ocho y efectivamente, desde allí se veía con meridiana claridad a los Pepines, Vega-Arango y demás excelsas personalidades. En cuanto detectaron nuestra presencia un chulito con pintas de seguridad privada se pone enfrente de la ventana con los brazos cruzados y mirando desafiante hacia nosotros, que estábamos en total silencio. Sin tiempo para más llega Falo y nos dice que nos tenemos que ir de allí, que ya protestaremos a la salida pero que les dejemos terminar la junta. Lo más curioso es que estábamos observando desde fuera y sin decir ni una sola palabra.
Pasan los minutos sin nada reseñable y al rato sale un señor, muy muy cabreado le preguntamos que pasó y nos dice que ya nos enteraríamos por la prensa, a lo que le dijimos que la prensa nos iba a contar lo que al consejo le interesase, a lo que dice, podéis decir que X. Cosío (dijo su nombre pero no lo recuerdo) ex-consejero ha dicho que esta junta ha sido totalmente vergonzosa, una falta de respeto y encima no dejaban opinar.
Luego salieron otros accionistas, diciendo que lo de Cote lo diésemos por vendido y que había sido una pantomima. También les dieron las cuentas anuales y dijeron que tenían una deuda de 17 millones de euros que había que pagar antes del 31 de diciembre de 2012 o desaparecía el club. (jajejijoju)
Al rato salió el grueso del consejo entre los vítores de los allí presentes cuando uno de esos consejeros (algunos dicen que el consejero Cachopo, aunque yo no lo puedo asegurar porque me pilló a contraluz y eran cuatro) se dirigió a nosotros y nos llamó payasos, eso sí convenientemente protegido por la Policía Nacional, no vaya a ser...
Y esta es la triste historia de lo que pasó, en breve tendréis sabrosos documentos de lo ocurrido dentro y fuera del Gran Hotel Jovellanos, el día que el consejo se quitó la careta.
A los cinco minutos de estar allí viene un coche de la policía nacional, supongo que llamado por la seguridad del club (se supone que por el amigo Falo, que andaba por allí), y a los pocos minutos vino otro coche policial más, lo que nos dejó bastante perplejos ya que no habíamos dicho ni esta boca es mía. No deja de ser pardójico, e incluso poético ver a la policía protegiendo a los presuntos destructores del club de los que realmente le aman.
Al poco tiempo, uno de los que estaba esperando dijo - ¡Hostia, si se ve la junta desde aquí! y efectivamente, si se bajaba por el lateral izquierdo del hotel se veía la sala de juntas, con lo cual nos acercamos unos siete u ocho y efectivamente, desde allí se veía con meridiana claridad a los Pepines, Vega-Arango y demás excelsas personalidades. En cuanto detectaron nuestra presencia un chulito con pintas de seguridad privada se pone enfrente de la ventana con los brazos cruzados y mirando desafiante hacia nosotros, que estábamos en total silencio. Sin tiempo para más llega Falo y nos dice que nos tenemos que ir de allí, que ya protestaremos a la salida pero que les dejemos terminar la junta. Lo más curioso es que estábamos observando desde fuera y sin decir ni una sola palabra.
Pasan los minutos sin nada reseñable y al rato sale un señor, muy muy cabreado le preguntamos que pasó y nos dice que ya nos enteraríamos por la prensa, a lo que le dijimos que la prensa nos iba a contar lo que al consejo le interesase, a lo que dice, podéis decir que X. Cosío (dijo su nombre pero no lo recuerdo) ex-consejero ha dicho que esta junta ha sido totalmente vergonzosa, una falta de respeto y encima no dejaban opinar.
Luego salieron otros accionistas, diciendo que lo de Cote lo diésemos por vendido y que había sido una pantomima. También les dieron las cuentas anuales y dijeron que tenían una deuda de 17 millones de euros que había que pagar antes del 31 de diciembre de 2012 o desaparecía el club. (jajejijoju)
Al rato salió el grueso del consejo entre los vítores de los allí presentes cuando uno de esos consejeros (algunos dicen que el consejero Cachopo, aunque yo no lo puedo asegurar porque me pilló a contraluz y eran cuatro) se dirigió a nosotros y nos llamó payasos, eso sí convenientemente protegido por la Policía Nacional, no vaya a ser...
Y esta es la triste historia de lo que pasó, en breve tendréis sabrosos documentos de lo ocurrido dentro y fuera del Gran Hotel Jovellanos, el día que el consejo se quitó la careta.
Por que el foro no va???? esta siempre con el cartelito de: Disculpe. Este Sitio no está disponible por ahora, por favor inténtelo de nuevo en unos minutos. A ver si lo podeis arreglar.
ResponderEliminarVaya como os lo currais todo¡¡¡¡
Un saludo